¿QUÉ SEMILLA DIOS HA PUESTO EN LOS NIÑOS?
Con motivo del centenario de la Pascua de Mayorino Vigolungo, el P. Martín, Provincial, nos comparte una interesante reflexión.
La vocación es una Gracia que el Espíritu infunde en todos y cada una de las personas. Mayorino es el adolecente que captó, en su interior, esa llamada y respondió con generosidad y de acuerdo a su edad y situación histórica. Justamente, en este trabajo espiritual, allí está su santidad.
En la oración elaborada, por su pronta beatificación, encontramos delineada esta gracia divina y labor suya: te doy gracias por haber llamado al joven Mayorino Vigolungo a difundir tu Palabra por medio de la “buena prensa”, y por haber infundido en él un ardiente deseo de santidad y un amor tan grande al apostolado de la comunicación social que por él llegó a ofrecer su misma vida.
Con solo 14 años, Mayorino partía de este mundo, el 27 de julio de 1918, sin haber concluido siquiera sus estudios elementales, ni menos frecuentado una universidad. Su sabiduría venía de lo Alto y de su dedicación a las tareas concretas de la vida que le tocaron vivir.
Para lograr su ideal de vida tuvo el privilegio de ser dirigido espiritualmente por un maestro de muchos santos: Santiago Alberione, Fundador de la Familia Paulina, quien percibió que en Mayorino había un pequeño plus.
Celebrar los 100 años de la muerte de este adolescente, nos desafía a percibir, en los niños y jóvenes, aquella semilla que Dios ha sembrado en ellos, primero que nosotros. La falta de vocaciones en la actualidad también se debe a que no siempre somos conscientes de esta beta vocacional. Es más fácil quedar con una visión negativa de las nuevas generaciones, y de caratularlos con que están encerrados en su mundo de internet y que no son capaces de hacer nada…
Pensando en el hoy, y en el mañana, es urgente que los adultos pidamos al Señor las luces que tuvo el padre Alberione para encontrar en los niños, adolescentes y jóvenes aquella semilla de ideales y valores que Dios ha puesto en ellos. Nos toca a nosotros colaborar para que los desarrollen convenientemente.