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Nuestra formación

ETAPAS FORMATIVAS​

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La formación del Paulino no contempla solo lo académico, sino también todas las dimensiones de su persona: dimensión humana, dimensión cristiana y dimensión religiosa.

En esta última se ahonda en la especificidad del carisma, siempre en clave de misión.

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Aquí compartimos nuestras etapas formativas:

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Aspirantado

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Es una prolongación de la Pastoral Vocacional. Aquí el candidato se inicia en un conocimiento más profundo de la Congregación y de su fe. Desde el primer año entra en contacto directo con el apostolado paulino, siendo el área de difusión en donde más se insiste... ¡Comienza así la vida paulina!

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Postulantado

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Es la etapa previa al noviciado, donde el candidato inicia los estudios de filosofía y se va perfilando a un apostolado más acorde a sus aptitudes. Aquí va consolidando mente, voluntad y corazón para iniciar la vida religiosa propiamente dicha.

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Noviciado

 

Es la iniciación de la vida religiosa. La Iglesia y la Congregación prescribe un año para esta etapa, en la que se enfatiza la vivencia de los votos para la misión, el estudio más a fondo de la espiritualidad paulina y del apostolado. Culminado este año de gracia, el novicio se prepara para la profesión religiosa... ¡Y opta, según su vocación particular, por ser sacerdote o hermano!

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Juniorado

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Es la etapa más larga de la formación inicial. Culminado el noviciado, el candidato realiza la primera profesión religiosa emitiendo los votos de pobreza, castidad, obediencia y fidelidad al Papa en lo que concierne al apostolado de la comunicación... así se une a la Congregación y ya puede llamarse con propiedad PAULINO. Cada año va renovando los votos, a la par de los estudios de Teología y otros afines al apostolado específico. El apostolado del junior paulino es ya más inclinado a las capacidades de éste; sin embargo, siempre se nos forma para estar abiertos a cualquier necesidad en la Congregación. Luego de un período determinado de renovaciones, puede pedir la profesión perpetua, luego de la cual ya está incorporado definitivamente a la Congregación. Si aspira a las órdenes sagradas, seguirá el camino propio para recibirlas.

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Formación permanente

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Nuestra formación nunca termina. La formación permanente es el espacio mediante el cual el Paulino, solo y en comunidad, va actualizándose en los vastos campos de la cultura de la comunicación, la espiritualidad paulina y cristiana... ¡Siempre hay algo que aprender! ¡Estamos llamados a vivir en continua conversión!

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¿Sacerdote o hermano? 

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El sacerdote y el hermano paulinos son las dos carasde una misma moneda, apostólicamente lo comparten todo, salvo aquello que está reservado al ministerio sacerdotal. Así, según la propia vocación, el Paulino elige el cómo desea servir a Dios, a la comunidad, a la Iglesia, al mundo... ¡Nuestra parroquia es el mundo!

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