Celebración de los 50 años de sacerdocio del P. Aderico Dolzani en Paraguay
En el marco de la visita que el P. Aderico Dolzani, ssp, Coordinador de la Pastoral Vocacional y de la Formación, realiza a la Comunidad de Asunción, la misma ha organizado un pequeño agasajo con motivo del 50º aniversario de su ordenación presbiteral, el sábado 15 de julio próximo pasado.
Primeramente, se compartió la Eucaristía, a la que fueron invitados los colaboradores laicos de la Obra Apostólica, la Comunidad de las Hijas de San Pablo en Asunción y amigos cercanos, entre los que podemos mencionar a las Hermanas Hijas de Santa María de la Providencia (Guanellianas) y un coro de la Parroquia San Miguel Arcángel, cercana a la Casa de la Comunidad Paulina.
Se ha celebrado la Solemnidad de San Pablo Apóstol en esta ocasión, y la homilía brindada por el P. Aderico giró en torno a la figura del profeta, como hombre de Dios, que mira la realidad desde la perspectiva del plan que tiene Él. Citó a varias personalidades que se situaron en esa línea: Mandela, Gandhi, la Madre Teresa, Pablo… Con respecto a Alberione, mencionó que lo hacen un profeta enano, y trajo a colación el hecho del motivo por el que es llamado profeta: la situación de la gente que no tenía la Sagrada Escritura a la mano, y su alejamiento de los templos, y vio como necesidad poner la Palabra de Dios en manos de la gente, y llegar hasta donde las personas se encontraban, incluso en los lugares de diversión y esparcimiento.
Además, mencionó que tanto Alberione, como Pablo, son personas de pocas ideas pero con una creatividad enorme para aplicarlas (“un millón de formas”, en sus expresiones), mientras que nosotros tenemos millones de ideas que nunca llevamos a la práctica.
En otro momento de su homilía, mencionó que en virtud del bautismo, el cristiano es ungido sacerdote (posee la capacidad de bendecir, de perdonar, de orar, sin necesitar el orden para hacerlo), profeta (posee la capacidad de ver la realidad desde la perspectiva de Dios y su plan para cada uno, y contribuir a transformar esa realidad) y rey (posee la capacidad de ser libre, pues no debe nada a nadie, y esta característica es contraria a la de ser esclavo).Agregó que Dios, en su sabiduría, nos dota de estas características para responder con mayor apertura a su Plan, que es el ser felices y hacer felices a quienes se encuentran a nuestro alrededor; estos dones pueden perderse, porque son como “un kilo de diamantes en una bolsa de papel… así de frágiles somos”.
Luego de la Eucaristía, pasamos a un compartir, con todos los presentes, para celebrar, una vez más, el don de la vida y de la vocación recibida del p. Aderico.