MARÍA “APÓSTOL” DE LA CIVILIZACIÓN CRISTIANA
Una aproximación particular a María reina de los Apóstoles tiene que ver con esta vinculación que hace el P. Alberione con la civilización. Ella “es por naturaleza esencialmente apóstol”, aunque no siempre tenemos unanimidad en lo que se refiere a lo que es civilización cristiana. Más allá de eso, este es el principio desde el cual Alberione presenta su reflexión, porque antes de mirar el hacer de esta Apóstol, vemos lo que ella es en sí misma, su vocación más íntima: “Vino para dar a Jesús, para traer la vida a las almas, para ser mediadora, distribuidora de la gracia”.
El fundador ya entrevé en sus días que hay una distancia entre religión y cultura: “En el mundo se ha cavado un abismo entre razón y fe; entre doctrina cristiana y cultura civil”. Esto lo reconocemos en nuestros días que aunque las personas buscan una espiritualidad, olvidándose o rechazando el mensaje del evangelio. Por eso es necesaria la figura de María para el mundo contemporáneo, especialmente para las clases dirigentes, los profesionales, los intelectuales, los filósofos, los sociólogos, los literatos, las personas instruidas. “Sería un gran apostolado evangelizar a estas clases”, concluye el beato Alberione, lo que podríamos llamar promover la cultura del encuentro, suscitar el diálogo entre fe y cultura, entre fe y razón. Esto invita a pensar la misión y apostolado paulinos en el mundo de hoy.
El camino que propone Alberione es este:
1) “María eleva las costumbres. El hombre está muy inclinado a la tierra: tiene siempre necesidad de quien eleve su mente y su corazón hacia el cielo […]”. Es decir, como apostolado proponer los valores del evangelio a la cultura líquida, y trascendencia a un mundo materialista.
2) “María amansa los corazones. […]. María fue la vida de la Iglesia”. Esto es valorizar la dimensión de la sensibilidad y la afectividad que caracterizan a nuestra sociedad; desarrollar un apostolado que se conmueve y moviliza por estas dimensiones humanas.
3) “María es madre de los religiosos”, quienes están relacionados con el mundo intelectual y la moral cristiana. Esto es apostólicamente abrirse a trabajar con aquellos que están en el ámbito educativo, académico, político, comunicativo, social…
4) “María, madre de las instituciones caritativas […]. Si a la humanidad se le sustrajeran estas obras, deberíamos pensar en la suerte de los pobres, de los huérfanos, de los ancianos, de la juventud o en los pueblos todavía paganos”. En este sentido se trata de unirse a la promoción integral del ser humano, cuando el Papa reclama renovar la opción preferencial por los pobres y en particular trabajar por la dignidad de la mujer.
5) “María, madre de la Acción Católica”, y podríamos decir de los movimientos eclesiales. Alberione enseña que “esto honra a María Reina de los Apóstoles”. Es la participación eclesial que en nuestra época se denomina la hora de los laicos, que tienen una vocación y dignidad dentro de la Iglesia, a lo cual podemos contribuir con nuestra experiencia.
6) “María es reina del arte […]. Y por este medio la santísima Virgen ejerce sobre las poblaciones una fuerte fascinación por su suavidad y misericordia”. Esto está unido a la sensibilidad de la mujer y a la belleza de Dios que sólo María puede inspirar en el mundo de hoy.
Esta novedosa propuesta del fundador, que saca a María de los halos celestiales y la vincula a la tierra, en una función netamente apostólica, la encontramos en el libro “María reina de los Apóstoles”, nn. 272-279. Así comprendemos que esta es la hora de la Reina de los Apóstoles, para unir fe y razón, fe y cultura como un apostolado urgente de los Paulinos.
* P. Fernando Teseyra es sacerdote paulino argentino. Reside en la Comunidad de Florida (Buenos Aires) de la cual es Superior. Ha desarrollado su vida paulina también en Chile y en Perú. Actualmente es Director de los Periódicos "La Liturgia Cotidiana" de Argentina, Paraguay y Uruguay, "El Domingo" y "La Hojita de los niños".